jueves, 13 de enero de 2011

¿QUE ES LA VIDA PARA EL SER HUMANO?
-Solo para razonar-




La vida, el destino, o... quizás la suerte, --que más da si todas se parecen con su estilo peculiar, a la hora de abordar las diferentes problemáticas que existen en la vidas de las personas-- parecen ser un recipiente de artilugios, donde todos depositamos esperanzas, desesperanzas. Negativismos y positivismos, decepciones y triunfos, Anhelos deshanelos, Tristezas y alegrías. Para que luego ella misma se encargue de proporcionarnos lo que a la luz del día, vamos necesitando; que como seres sin sentido vamos esculcando y esculcando, a ver si encontramos para el día de hoy, lo que queremos tomar o, queremos dejar. Y como consecuencia, se nos da lo que a ella se le da la gana.

Por eso al levantarnos cada día es como si naciéramos de nuevo, y por tanto buscamos encontrar lo que más nos interesa, o lo que más nos conviene para hacer o tomar en ese día, pero con la consiguiente connotación: ¡Hoy tengo para ti esto! --dice aquel cajón de artilugios--
Lo que se convierte en lo que, ¡no era lo que yo quería.!
Es algo que le salio de sus cajones a la vida y nos lo puso en bandeja de plata. --por decirlo con cierta elegancia--

Hoy me he levantado bien temprano, como es mi costumbre. Pienso en que la vida se me ha alargado por lo menos un día más. Mientras que de la cama me levanto y voy al baño, estoy calculando, observando, analizando e imponiéndome metas, como por ejemplo:
¡Terminar lo que dejé pendiente ayer!, ¡Visitar a mi vecino del frente para pedirle tal cosa!. O Empezar barriendo el desván.
Cualesquiera de estas cosas son posibles en mi mente mañanera; para empezar a valorar.

Pero que sucede cuando llegas al trabajo y te encuentra con tu jefe, el cual al mismo tiempo que empiezas tu labor, el te dice: ¡Deja eso! Y ven, vamos hacer otra cosa.
O, al salir con el propósito de visitar a tu vecino, alguien se metió por delante y te desvió de camino.
O, si ya con la escoba en la mano has dado las primeras cepilladas, cuando tu jefa te dice: ¡Deja eso para después, ahora más bien dedicate a lavar los platos! --cuando por regla, es hacer la limpieza primero--

En el sentido original, el que en mi mente estaba elaborado mi proceso diario, se fue al traste. Ya no te da tanta alegría cumplir con tu trabajo como la tenías antes planeado, pues todo te cambió, te cambió el genio, te cambió el animo, te cambio el sistema, todo te cambió.

Hay cosas en las cuales no importa el cambio; pero si hay otras tan importantes que cuando te las cambian, te desanimas, te defraudan y te dejan con el diez o veinte por ciento menos de tu fuerza, de tu ánimo; en referencia a todo aquello antes dicho.

Imaginate que te han contratado para un trabajo, y el día lunes tienes que estar puntualmente en ese curro. Tu te levantas ese día, tu mujer te prepara el desayuno y te lo sirve en bandeja de plata, con alegría, entusiasmo, pues ya era ora de que llegara ese anhelado trabajo; después de tantos meses sin hacer nada y sin producir para los gastos de la casa. Estas super contento, tomas el coche y a gastar combustible, que importa, si ya conseguí curro. Llegas a dicho trabajo, entras al despacho del jefe y le saludas con una sonrisa de oreja a oreja. El jefe también te regala una hermosa sonrisa y te pide por favor que tomes asiento. Tu piensas: ¡para que querrá mi jefe que me siente, si ya todo está hablado!
Tu corazón siente un palpito y te desplomas en la silla, más sin embargo piensas que de pronto es para darte nuevos informes sobre el trabajo, pero luego escuchas una voz fuerte, varonil, y no sabes que te va a decir. Estas entre será que si, o será que no. Te frotas las manos, te acomodas la corbata, y si llevas pelo largo, sacas tu peine y te lo pasas alisando tu lacio cabello. Cuando oyes rebuznar al jefe que dice de una manera muy acomedida e inteligente:

¡NACHO! Es muy incomodo para mi decir lo que tengo que decirte,
Mientras, tu cuerpo se balancea en la silla, te estiras los pantalones que se te han subido un poco a por las rodillas, y haces cualquier ademán de incomodidad. Y el jefe sigue diciendo:

¡Tu sabes hombre, yo no soy el dueño de la empresa, pues bien sabes que por encima de mi hay otro, y hoy, precisamente hoy --te lo recalca como suavizando la situación-- cuando he estado con él en su oficina, me ha informado que ya la vacante está ocupada, por alguien recomendado, que él mismo trajo!.
Tu, lo primero que piensas es: ¡¡¡Joél, se me fue a la.....el trabajito!!!

¡Así que lo siento mucho, de verdad, lo siento mucho!. --te vuelve a repetir, zanjando la situación--

Y si tu no eres de esos quejicas que se ponen a llorar en ese mismo momento delante del jefe, como buscando misericordia; pues te pones en pié, le das la mana como señal de aceptación, y sales fuera de su oficina, aparentando normalidad; pero al salir a la calle y cerrar la puerta, la tiras con rudeza, mientras una frase hiriente y degradante sale de tu boca.
La vecina que pasa por tu lado en ese preciso momento, da un salto hacía un lado, y se queda mirándote escandalizada por tu actitud agresiva.

¡Pero ahí no termina el problema!. ¿Que le vas a decir a tu mujer cuando llegues de regreso a casa?

Imaginemos por un momento cual sería el cuadro a observar.

Suena la puerta cuando metes la llave, y tu mujer que está silenciosa con los niños escucha el ruido que hace la lleve al ser introducida en el bombil.
Sobresaltada se gira en dirección a la puerta y dice con voz temblorosa:

¿Quien es? ¿Quien está ahí?

Cuando se perfila la imagen desdeñada, que desde atrás de la puerta se asoma, cabizbaja la mirada, entonando como la primera palabra de una canción, dices:

¡Soy yo cariño!

A la mujer le ha pasado el primer susto, pero vienen el segundo al que advierte con cierto sobresalto:

¿QUE TE HA PASADO CARIÑO?

Y ahora, imaginemos en que concluye la historia de lo que pasó, y cuales son sus componendas. los pesares y las tristezas, los lamentos, y los quejidos....
Imaginen como terminará esta cruel historia. --Que es el pan diario de los seres humanos--
El rumbo inicial, el ánimo inicial, la esperanza, la alegría, el entusiasmo, aún la fuerza y el vigor, que da, el echo de haber encontrado un trabajo ¿donde quedaron?

¡¡¡POR LOS SUELOS DEL CAMINO, DE REGREZO A CASA!!!
Esto no quiere decir que todos sufrimos las mismas consecuencias, pero si, todos vivimos bajo un sistema, que no lo podemos gobernar nosotros mismos, ni menos con nuestros propios medios. Eso lo vemos con claridad.
El despertarnos con un buen ánimo cada día, siendo muy positivos, evocando triunfos, y declarando todo lo que se quiera declarar positiva mente; no tenemos que dejarlo de lado, al contrario, tenemos que seguir la vida, tratar de seguir adelante, sabiendo que el camino de las rosas, tienen mucho peligros y en cualquier momento ellas nos podrán herir. Debemos estar preparados de antemano, para cuando las cosas no surjan como las queremos.

Los sagrados escritos no inducen a hacer, lo que como seres humanos tenemos que hacer. Primero: confiar en aquel, que en el principio hizo los cielos y la tierra. Segundo: Ponernos en sus manos de gloria y poder, confiando en que ÉL, hará lo mejor para cada uno de nosotros. Tercero: Nunca digas voy hacer esto o aquello sin antes decirle a tu creador: ¡Si es tu divina voluntad Señor! No olvidemos que ni tu, ni yo, somos los dueños de la vida ni de lo que nos rodea. Hay uno más alto que está por encima de todas las cosas, y ninguna hoja de los árboles se mueve sin su santa voluntad.
Un reconocimiento, en cada despertar o cada anochecer, de que Dios existe, es benéfico para nuestras almas vivientes.
Aparte que debemos estar siempre cavilantes, en no pagar mal por mal, porque todo trae su retribución. No debemos hacer con los demás lo que no queremos que hagan con nosotros. --Palabras de las sagradas escrituras--.

En hacer de la vida, un verdadero paraíso terrenal, donde la convivencia y la armonía vayan tomadas de la mano. Donde el amor y el respeto sean nuestros mejores aliados, y donde el velar por lo del otro sea un verdadero sentir de nuestro corazón, y no una forma hipócrita de endulzar los oídos; son las bases con las cuales podemos disfrutar de las inmensas bendiciones que Dios tiene para todos y cada uno de los seres humanos, en especial para los que le invocan de, de veras.

EL entregarse por completo al servicio de los demás. El tomar las cosas que nos parecen inciertas y tal vez duras por su proceso, y aceptarlas, convirtiéndolas como cosas que nos ayudan a mejorar más nuestro vivir, no importando tal vez el dolor, ni la tristeza y comportándonos como verdaderos cristianos, que quieren un día llegar a la cima de lo perfecto, bueno y verdadero, esas son las cosas que tienen valor perenne en la presencia de nuestro buen DIOS.
Y así podremos mejorar el sistema evolutivo de nuestro mundo. Lo que es una realidad latente para el futuro de nuestros hijos.

Las personas que se dejan llevar por el desconsuelo, los que quieren vivir con negligencia, y las que no se adaptan a los sistemas divinos; están más propensos a sufrir cualquier descalabro negativo, que a la postre lo mantendrá en empatía ante todo lo que se le presente.

Levantémonos con acción de gracias a nuestro Dios creador, y pongamos en sus gloriosas manos todo cuanto venga en pro o en contra de nosotros, que ÉL, en su perfecto amor, y sabio amor, sabrá satisfacer nuestros anhelos, y cubrir nuestras necesidades.

Muchas bendiciones para todos.


jamana45
13-01-2011

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